Francia no explotó. Uruguay no se conectó. Si no lo habían hecho hasta ahora, ¿por qué imaginarlos dúctiles, afilados, precisos y letales en su estreno de Sudáfrica 2010? El punto es punto y seguido, porque las obligaciones continúan para ambos. La necesidad de ganar, claro, pero también la de mejorar, encontrar cierta idea de juego que les dé serenidad. Si no, será punto y aparte.
Una vez más, los dibujos tácticos engañaron. Los tres delanteros de Francia asomaban como un peligro concreto ante la defensa de tres hombres de Uruguay, que debería ser reforzada por los Pereira (Maxi y Alvaro). Así fue en lo posicional: la Celeste , al utilizar a sus carrileros mucho más en el aspecto defensivo que en el ofensivo, perdió el medio. Y como un hecho se encadena con el otro, Francia simplemente tocó y tocó hasta hacerse dueño del campo y de la pelota, y empujar a los sudamericanos a la resistencia y a la apuesta por algún contraataque. Pero Nacho González estuvo impreciso para el pase vertical. Y los bochazos a Forlán y Suárez (al extremo del Ajax le cobraron no menos de cuatro offsides) tampoco lograron sorprender.
11 de junio ciudad del cabo |
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