domingo, 6 de marzo de 2011

Cuartos de final. Uruguay Vs Ghana.


Muslera atajó dos penales y el Loco Abreu ¡la picó en el último! para meter a Uruguay en la semi ante Holanda. Fue drámático: la Celeste casi lo pierde en el último minuto del suplementario, pero Suárez manoteó la bola (vio la roja, claro) y Gyan reventó el travesaño...
¿Será una exageración afirmar que todos sabían que Abreu iba a picar el último penal, menos los ghaneses? Fue otra muestra de insanidad del Loco más loco de este Mundial. Casi no había tocado la pelota desde que entró. Pero el destino le guardó un capítulo enorme. Lo pateó a lo Zidane en la final de 2006, aunque el recuerdo del cabezazo de Zizou haya tapado semejante genialidad. Picala y que no vuelva. Lo de Uruguay no rozó el milagro: directamente se zambulló de cuerpo entero en un final épico, inolvidable.
Porque el partido se iba a los penales hasta que, en el último minuto del tiempo suplementario, Gyan empujó una pelota que quedó flotando en el área chica. Suárez la sacó en la línea. El rebote lo cabeceó Adiyiah. Era gol. Suárez la manoteó. Penal y roja. Increíble. Gyan, quien no había fallado en sus dos ejecuciones en el Mundial, reventó el travesaño. Más increíble todavía.
Muslera fue el héroe de la definición al contener los remates de Mensah y Adiniah, los dos al mismo palo, su palo izquierdo, como Goyco en la definición ante Italia en el ’90. Entre uno y otro, Maxi Pereira pinchó una nube. Le tocaba a Abreu. La iba a picar. Lo sabía. Se sabía. Pero que esa decisión haya sido intuida, anticipada, no hace más que agigantarla. Kingson para un lado y la bola, flotadita, que vuela, que acaricia la red. Uruguay, este Uruguay que debió clasificarse después de un Repechaje, está en las semifinales de un Mundial después de 40 años. Es cierto, la llave lo ayudó. Pero venció a Corea del Sur con justicia. Y en un partido parejo, tuvo más temple que Ghana.
De poco sirve, ahora, recordar ese par de jugadas de los africanos en el primer tiempo. Ese frentazo de Boateng, uno de los más estéticos que se vieron en Sudáfrica 2010, apenas desviado. La pirueta de, otra vez, Boateng. El peligro que condensó Gyan. La bomba de Muntari que le hizo pagar un precio alto a Muslera por dar un paso de más hacia su derecha. Qué uruguayo ahora pensará en ese terceto de situaciones que desperdició Suárez en la segunda etapa. El gol de Forlán, de tiro libre, ya había empatado la historia. Entonces, era cuestión de ver qué más había en el arcón.
2 de julio Johannesburgo
Y hubo un suplementario de piernas entumecidas y corazones palpitantes. Con un par de llegadas por aquí y otro par por allá. Hasta que llegó el manotazo de Suárez y el beso al travesaño de Muslera. Hasta que llegó la perla de Forlán. Hasta que lo que parecía el final, mutó para convertirse sólo en otro principio...

No hay comentarios:

Publicar un comentario